Dos enfoques en la medición del aprendizaje

Por Mtro. Juan José Beltrán Corona

Colegio Hebreo Maguen David

Si bien la educación es un proceso activo que tiene como objetivo principal el desarrollo integral de los estudiantes, la evaluación desempeña un papel fundamental para brindar información sobre el progreso de los alumnos y tomar decisiones acertadas con respecto a las estrategias utilizadas en clase.

A lo largo del tiempo se ha abierto un gran debate sobre la manera efectiva con la cual se deben medir los procesos. Por un lado, la evaluación equilibrada ha establecido que la educación va más allá de la acumulación de contenidos y conocimientos, dando peso a las habilidades y competencias, reconociendo a los alumnos como personas con diferentes estilos de aprendizajes, habilidades y talentos, buscando evaluar un aprendizaje integral.

Como parte de la evaluación equilibrada, se busca dar mayor énfasis a las habilidades y menos a los contenidos; es a través de diferentes métodos como proyectos, debates, ensayos, entre otros, que se puede hacer una evaluación basada en el desempeño, donde se midan distintas habilidades.

Una parte fundamental de la evaluación equilibrada es la retroalimentación continua durante el proceso, permitiendo a los alumnos comprender qué es lo que se espera de ellos, así como corregir errores sobre la marcha y aprender de estos, así se busca que los estudiantes aprendan a profundidad los conceptos y no solo los memoricen.

Por otro lado, también se puede evaluar a los alumnos a través de las pruebas estandarizadas, que se han utilizado en prácticamente en todos los sistemas educativos del mundo y nos permiten medir el rendimiento del estudiante de forma uniforme, lo que posibilita que se pueda comparar el desempeño de los alumnos con respecto a otros, ya sea local, nacional o internacionalmente. Sin duda, este es un método de evaluación que ahorra en términos de tiempo e incluso recursos, dejando a un lado la subjetividad y los juicios de valor que podemos tener al evaluar a nuestros alumnos bajo otro tipo de métodos.

La decisión sobre cuál utilizar debe ser tomada desde los objetivos planteados por cada colegio e incluso pensando en las necesidades de los alumnos. Buscar un equilibrio entre estas dos maneras de evaluar es el gran reto al que, sin duda, debemos enfrentarnos. Es este reto también al que las universidades se enfrentan, ya que, en su mayoría, los estudiantes deben presentar exámenes estandarizados para ingresar, sin embargo, recordemos que estos exámenes no son el único indicativo de lo que nuestros alumnos son capaces de lograr en la universidad y en su vida laboral.

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