Reflexión: Evento 07 de octubre 

Gabriela Algranti Yancelson, estudiante Colegio Olamí ORT


El 5 de octubre una maestra a quien admiro mucho nos hizo un par de preguntas que dejó a toda la clase reflexionando: ¿Qué vamos a hacer este 07 de octubre?, ¿vamos a conmemorar?, ¿vamos a honrar? ¿Vamos a rezar? ¿Cómo conmemorar algo que todavía no ha acabado?.  Millones de preguntas surgieron en la clase después de las preguntas de la maestra. Y millones de respuestas diferentes. 

Es difícil conmemorar algo que todavía no ha llegado a su fin. No es como el 27 de enero que conmemoramos la liberación de Auschwitz y el Día Internacional de la Memoria del Holocausto. Tampoco es como el 15 de mayo donde celebramos que tenemos un estado judío. 

El 07 de octubre es un nuevo día en el calendario de cualquier judío. Un día donde en todas las comunidades judías del mundo habrán ceremonias. Minutos de silencio, videos mostrando imágenes que nuestro cerebro todavía no es capaz de procesar, y tristemente miles de velas que se encenderán por todas las víctimas y los soldados caídos en esta fecha tan horrible.


El evento intercomunitario que se llevó a cabo en el CDI me dejó pensando en algunas cosas:

La comunidad tan impactante que somos. Durante el evento pensé en lo afortunada que soy de poder ser parte de la comunidad judía de México y lo agradecida que estoy con aquellas personas cuyos nombres tristemente no sé, por organizar un evento tan espectacular que sin duda me marcó. Hubo varios actos este domingo. Vi un documental sobre el festival Nova y el ataque. Vi con mis ojos imágenes que jamás podrán salir de mi cabeza. Escuche las últimas conversaciones de mamás e hijos. Vi a personas de mi edad luchar por sus vidas cuando su único objetivo de ese día era gozar de la música y vivir una experiencia. Durante el documental, escribí frases que escuché o pensamientos que pasaban por mi mente: “¿y si es el último día de nuestras vidas?”, “Hoy Israel está en guerra”, “Al ver el documental, nosotros solo vemos caras desconocidas. Pero hay personas que al verlo ven a sus seres queridos.”, “Mamá sigo vivo.”, “Denme señales de vida”. Estas fueron algunas frases que me marcaron viendo esta obra tan vivencial, tan fuerte. Y algo de lo que me voy a acordar por siempre es cómo se escuchaba silencio puro en la sala. Y como todos exhalamos porque era demasiado para nuestro cuerpo, mente y corazón. Y todos tratábamos de aguantar las lágrimas.

 En la plaza del deportivo, había 3 actividades vivenciales. Organizadas por los jóvenes de FEMEJJ. La actividad en conjunto se llamaba “romper, construir y florecer”. Rompimos platos simbolizando lo que rompió Hamas, y pegamos en cemento las partes rotas, simbolizando cómo nos estamos reconstruyendo como país, sociedad y pueblo. Después plantabas una flor, en memoria de alguien que fue asesinado, simbolizando que volveremos a sembrar semillas y creceremos como pueblo. Y al final había una mampara enorme que decía en mayúsculas “EXPRÉSATE…” con el fin de que todos podamos escribir lo que sentimos.  

Después de esto, asistí a una entrevista impartida por Adina Chelmisnky, quien entrevistó a un señor mexicano  cuya hermana fue secuestrada. También tome nota sobre frases que me marcaron en la entrevista: “El ataque no fue contra Israel, fue contra la humanidad.”, “No guardemos silencio.”, “No es opcional levantar la voz.”, “No me quería despertar por miedo a ver mi celular.”, “cuando tu hermana está secuestrada por Hamas, no sabes si desear que esté viva o muerta.”, “¿Qué se le dice a una persona que la acaban de liberar de terroristas?.”, “No hay manera de retomar la vida normal.”, “La guerra eventualmente va a acabar, los efectos secundarios van a dejar huella”, “Estamos cargando un peso emocional del cual no somos conscientes.” Todas estas frases que dijo Jaim Gritzewsky al contar el testimonio de su hermana Ilana y el propio suyo me llegaron al corazón. Y me siento muy afortunada de poder haber escuchado esta entrevista. 

Para cerrar el evento, hubo una gran ceremonia. Proyectaron un video muy doloroso de ver, cantaron canciones en hebreo, dijeron una oración por aquellos muertos, mostraron testimonios y entrevistas, fotos sobre qué ha hecho la comunidad en México por Israel este último año y un Sofer Stam terminó de escribir una torà. Mi parte favorita fue cuando pude formar parte de este evento y no solo ser espectadora. Tuve la oportunidad de hacer una pequeña intervención de baile. Una amiga mía me comentó que le daba mucha flojera bailar en la pequeña función, y que era una tontería hacerlo. Mi cuerpo se llenó de enojo y le contesté: Hay personas de nuestra edad peleando al frente en Gaza y Líbano. Hay familias que no han dormido en paz desde el 07 de octubre porque sus hijas están secuestradas. Hay personas en Shive, el país está en llamas literalmente ¿y tú no te puedes parar a bailar un domingo de tu vida?. Mi amiga se quedó callada y me dijo que tenía razón. Y estoy orgullosa de mi postura, de que tenemos que ser proactivos. Buscar cómo alzar la voz, buscar cómo educar e informar sobre lo que pasó y sigue pasando. Y seguir siendo parte de eventos tan maravillosos como este que dejan huella. 

Por último, quiero compartir algo que me marcó muchísimo: Estar al frente del evento y ver de frente como cada una de las personas presentes estaban cantando el Hatikva con los ojos cerrados, o abiertos llenos de lágrimas. Todos cantando con todas sus fuerzas. Porque nuestro himno simboliza la Fe. Porque eso es lo que nos define como pueblo. La Fe, la fuerza y la unión.  Porque hoy y siempre AM ISRAEL JAI. 


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