¿Por qué Jerusalén es de oro? Historia de una canción

Moré Avi Meir

La hermosa canción de Naomi Shemer Yerushalaim shel Zahav (Jerusalén de Oro) se convirtió en una de las más famosas de la poesía hebrea. A lo largo de los años han habido varias solicitudes para convertirla en el himno nacional de Israel.

 ¿Alguna vez te has preguntado qué tiene que ver Jerusalén con el oro? ¿Por qué Naomi Shemer escribió que Jerusalén está hecha de este material ? ¿La razón está relacionada con la Cúpula Dorada? ¿Será por los atardeceres que tiñen la ciudad de un color dorado deslumbrante? ¿O por la sencilla razón de que es tan valiosa como el oro para nuestro pueblo?

Ninguna de las razones antes mencionadas es la respuesta. La verdadera razón se inspiró en la historia antigua de uno de los personajes más  famosos de la tradición rabínica judía. Una historia real de amor entre un hombre y una mujer. Un poco de paciencia y sabrán cómo una historia de amor entre dos personas se conecta con la Jerusalén de oro.

Nuestro relato acontece en el siglo II d.C.

Esta historia que aparece en el Talmud nos trae el concepto ideal del amor. Comienza diciendo que uno de los hombres más ricos de aquella época se llamaba Kalba Shavua y en una ocasión contrató a un hombre llamado Akiva para pastorear sus ovejas.

La única hija de Kalba Shavua se llamaba Rajel, y su padre pensaba que algún día contraería matrimonio con alguien adinerado como él, pero Rajel se enamoró perdidamente de Akiva, el pastor. Rajel pudo ver  todas las cualidades que poseía Akiva.  Ella le dijo a Akiva que deseaba ser su esposa, con la condición de que aprendiera Torah. Akiva, que tenía 40 años en ese entonces, no sabía leer ni escribir, pero estuvo de acuerdo.

Se casaron en secreto, el padre se enteró y los echó a ambos de la casa. La pareja de recién casados ​​vivió en la más absoluta pobreza. El Talmud dice: “Durante los días de invierno dormían en un pajar y él le quitaba el heno de entre sus cabellos”.

Akiva le dijo a Rajel:  “Si pudiera, te daría la Jerusalén de oro. Si pudiera, te daría una preciosa joya de oro en forma de Jerusalén”. La joya de Jerusalén de oro en esa época, era una especie de corona de oro con la forma de Jerusalén, que se colocaba sobre la cabeza de las novias, para que recordaran a Jerusalén en la hora más feliz de su vida.

Akiva aprendió a leer y se puso a estudiar con el apoyo de su esposa y se convirtió en uno de los rabinos más famosos del judaísmo. Después de muchos años regresó a la ciudad, convertido en un famoso rabino con miles de estudiantes. Traía el alma llena de añoranza por la mujer que dejó atrás, la que sacrificó una vida cómoda y lujosa por amor, por la mujer que lo animó a aprender y a salir adelante.

Y el Midrash continúa describiendo que Rajel escuchó que su esposo regresaba a la ciudad después de 12 años. Cuando llegó, Rajel  se inclinó y le besó los pies. Sus alumnos la empujaron y le dijeron que se alejara del importante rabino, pero Akiva les dijo que la dejaran tranquila “porque ella es la razón de todo”.

Entre los bellos mensajes de este relato destacan el hecho de que Rajel pudo ver más allá de la apariencia y la posición económica y descubrió las cualidades en el ser humano y que cuando alguien se esfuerza, estudia y  lucha, puede lograr sus metas sin importar su nivel social o su condición económica. Ahora podemos encontrar la respuesta del contexto en el que Naomi Shemer tomó la frase Jerusalén de Oro. Una historia de amor incondicional, una historia de gran sacrificio.

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